GIZ y el Ministerio de la Producción tenían un objetivo ambicioso: ayudar a emprendedores de todo el país a fortalecer sus capacidades financieras y digitales, brindándoles herramientas que pudieran aplicar desde el primer día en sus negocios.
La realidad, sin embargo, era compleja.
Los emprendedores en el Perú suelen trabajar jornadas largas, atender clientes durante todo el día, y manejar sus negocios con recursos limitados. Muchos no pueden asistir a talleres presenciales, no cuentan con computadoras o no tienen tiempo para cursos extensos.
A pesar de ello, necesitaban aprender cómo administrar mejor sus ingresos, usar herramientas digitales, mejorar su propuesta de valor y tomar decisiones estratégicas para crecer.
GIZ y PRODUCE buscaban una forma rápida, accesible y verdaderamente útil de llegar a ellos.
Una que se adaptara al ritmo de un emprendedor… no que lo complicara más.
Fue entonces cuando Musa apareció como la solución ideal.
El desafío operativo
El proyecto enfrentaba desafíos muy particulares:
- Emprendedores con horarios impredecibles y poco tiempo disponible.
- Poblaciones urbanas y rurales con niveles distintos de alfabetización digital.
- Contenidos que debían ser extremadamente prácticos y aplicables.
- Necesidad de un canal simple para garantizar acceso universal.
- Falta de trazabilidad en modelos tradicionales de capacitación.
El reto era claro:
cómo enseñar sin interrumpir la operación diaria de emprendedores que dependen del tiempo y la agilidad para sobrevivir.
Cómo lo resolvimos
Musa diseñó un programa de microaprendizaje por WhatsApp, especialmente adaptado para emprendedores que necesitan contenido breve, simple y accionable.
El enfoque se basó en:
Lecciones cortas, centradas en temas clave como ahorro, costos, precios, digitalización, uso de herramientas online y estrategias de ventas.
Ejemplos reales de negocios, fáciles de relacionar con bodegas, servicios, manufactura y comercios locales.
Actividades prácticas, que los emprendedores podían aplicar en su negocio ese mismo día.
Recordatorios automáticos, para avanzar sin presión y sin depender de horarios fijos.
Herramientas digitales básicas, explicadas de forma clara y sin tecnicismos.
El aprendizaje dejó de ser teórico para convertirse en una herramienta directa de supervivencia y crecimiento.
Datos que respaldan el impacto
El programa generó un impacto real en cientos de emprendedores:
Mayor claridad para manejar finanzas del negocio.
Optimización en costos y mejor fijación de precios.
Incremento en la adopción de herramientas digitales básicas.
Emprendedores más seguros al tomar decisiones diarias.
Participación constante gracias al formato conversacional y simple.
El éxito del proyecto demostró que la capacitación empresarial puede ser inclusiva, accesible y altamente efectiva, incluso para poblaciones con limitaciones tecnológicas.
Experiencias reales
«Los mensajes me ayudaron a organizar mi negocio sin dejar de trabajar. Aprendí a calcular costos y ahora sé mejor qué precios poner.»
Emprendedora participante del programa